Tolosa tiene pizza. La Iraola

Siempre tuve simpatía por Tolosa. Su historia ferroviaria, el aire barrial, el nivel de pertenencia de sus vecinos (y su afán de unir la ciudad, separada por las vías). A todo eso, ahora le agrego La Iraola.

La Iraola es ese tipo de pizzerías que me gusta encontrar. Bien de barrio, familiar y ubicada en una zona con historia. Funciona en una vieja casona de Tolosa, en la esquina de 1 y 531, frente a la plaza que le da nombre. Plaza que fue dividida a fines del siglo XIX por ese bendito tren que todo lo divide. Tren que con su paso periódico le aporta cierta magia a este asunto de comer pizza en un barrio tan cargado de historia. Lamentablemente, con la electrificación del Roca se perdió un poco ese encanto. El piso del salón todavía vibra cuando pasan las formaciones, pero no se compara con la sensación que daba el tronar de las locomotoras Diésel.

El local no es muy amplio, tendrá unas doce mesas. Aunque tienen un sector medio escondido que funciona como backup y agrega un poco más de lugar. Igual, en verano la onda es conseguir mesa en la vereda. Sobre calle 531, con vista a la plaza y al corazón de Tolosa. Magia.

De tentempié te dan mani salado y un plato con bastantes recortecitos de pizza tibia. Medio redundante, teniendo en cuenta que uno va a una pizzería a comer pizza. Tirame unas berenjenas o algunos porotos, máquina. Si no la próxima te pago la bebida y el cubierto, me morfo los recortes que vienen gratis y vuelvo a casa pipón. Y todo por dos mangos con cincuenta.

La pizza está muy buena, me sorprendió. La había probado hace algunos años, pocos días después de la inauguración, y no me había gustado tanto. Pero mejoró muchísimo desde entonces (si mal no recuerdo el maestro pizzero sigue siendo el mismo). Masa bien salada, blanquita y de buen sabor. Bastante delgada y crocante (lo justo y necesario). La mozzarella es muy rica y suave, tirando a mantecosa (como debe ser) ¡Y los morrones que usan son caseros!

Mención aparte para la carta de postres. Nunca vi en una pizzería una lista tan extensa. No sé qué tan buenos serán, no tuve la oportunidad de probarlos (y mirá que tenía opciones, eh). Igual me hubiera pedido un Don Pedro, que no es un postre como para usar de vara.

La verdad es que esta pizza no tiene fisuras. Es muy buena. Me dejó re manija. A medida que se me iban terminando las porciones me iba embalando con las anotaciones (y si, tengo que anotar ¿O te pensás que esto es joda?) Aunque pensándolo bien, hay algo que no me gustó. Algo con lo que suelo tener problemas siempre: la napolitana. Avísenle al pizzaiolo que el tomate en cubitos no garpa. Rodajas, capo. ¡Rodajas! Con esta masa y esta muza, si hacés la napo con rodajas de tomate y un buen toque de ajo ¡Ganás el mundial!

Fecha de visita: febrero/2018

Precio: moderado ($ 244 la Napolitana)
Suggerimenti: no te llenes con los recortes de pizza que te dan para picar. Que si no después te pasa como a mi y no llegás al postre.
Lo que me gustó: que te dan la cerveza de litro en la cosa esa de telgopor que no sé cómo se llama, que sirve para mantener la cerveza fría. A la vista es medio mersa. Pero los que toman birra, agradecidos.
Lo que no me gustó: me ponen un poco nervioso los lugares muy silenciosos. Y las veces que fui, por momentos parecía que se podían escuchar los ronquidos del guardabarreras de 1 y 32.